jueves, octubre 07, 2004
La Guerra de Secesión
(bosquejo de una vida)
Capítulo 1: Los antecedentes
Donde se introducen los personajes que figurarán en esta historia (¡si es que sucede la historia!)
Esta historia comienza a finales de los años ochenta en la Ciudad de la Eterna Primavera, durante la época de esplendor de nuestra niñez y también de Jacarandas. Eran los fines de semana en que jugábamos "los cinco", en que estábamos a punto de convertirnos en sirenas (al menos eso esperaba yo) de tanto nadar, en que los domingos después de misa íbamos por helados y nos permitían un sólo vaso de Coca Cola en la comida. En fin, estoy hablando de el Paraíso Perdido (Versión 2.0; algún día hablaré del Paraíso original).
Hay que imaginarse una reja blanca a través de la cual se vislumbran la cochera, la alberca, un jardín enorme y cuatro casitas, iluminadas por el sol esplendoroso que caracteriza a Cuernavaca. Serán los habitantes de estas casitas quienes eventual y gradualmente comenzarán a enemistarse poco a poco, hasta llegar a la situación actual.
Los Enemigos:
Los Arábes
Esta familia era la dueña original de todo el condominio, y ahora domina las dos casas del lado derecho. De descendencia "árabe" de algún tipo, su modus operandi solía consistir en visitar sus casas solamente en Semana Santa, acompañados por legiones (yo no tengo muy claro ni quiénes ni cuantos son, ni tampoco su parentesco), e invadir el territorio entero del jardín y la alberca. José Luis, uno de ellos, es actualmente (creo) el "administrador" del condominio. Las relaciones con los árabes siempre han sido distantes pero cordiales; sin embargo, su ausencia durante tres años y su falta de interés han sido muy dañinos para el estado del ex-Paraíso.
Rafael, the faithful servant
Este anciano jardinero/cuidador tiene varias características:
1. La estela de cigarro rancio que siempre deja al pasar.
2. Su lealtad incondicional hacia los árabes.
3. Su holgazanería e incapacidad de mantener el jardín y la alberca sin latigazos.
4. En la Epoca de Oro su frase célebre era "le voy a decir a tu abuelito".
Los Burrones, or The Eyesore
La primera casa a la izquierda está habitada por una familia bautizada como "Los Burrones". Esencialmente parasíticos, su casa siempre ha tenido un aspecto descuidado y deteriorado; basta con describir a su perro. "Cookie", french poodle mediano, adivinamos que de color blanco originalmente, pero en realidad gris y con rastas, apodado "Estrella" o "El Perrito Teletón", ya que además de estar completamente descuidado padece de una enfermedad degenerativa que hacía que sus patas delanteras fueran en una dirección y las traseras en otra. Actualmente este perrito francamente simpático no puede ni levantarse ni ladrar. Pero ahí sigue, decorando la casa cual trapo viejo. Otro de sus legados al paraíso es su versión de Cupido Motorizado, un vocho blanco con rayas negras, en calidad de chatarra, imposible de mover, que conservan en la cochera "para Triana" (la hija mayor), aunque no funciona y las cuatro llantas están ponchadas. Se caracterizan también por su falta de educación, por siempre estorbar con sus coches (que verifican en Guerrero ya que de otra forma no pasarían la verificación) y por no pagar sus cuotas JAMAS. Actualmente no tienen derecho a usar la alberca ni el jardín.
Nuestro Lado
Los Abuelos, Tini y Manuel (RIP):
Estos íconos de la felicidad y "amoritos" de muchos se mudaron a la segunda casa de la izquierda como consecuencia del temblor de 1985. Mientras ambos vivían, los problemas no eran muchos. Tini y "el Doctor" vivían felices en este lugar, visitados por sus nietos y tomando el sol, hasta que él murió de cáncer, en esa misma casa, en 1993. A partir de entonces Tini vivió sola varios años. Tanto su temor de vivir sola como su territorialidad aumentaron poco a poco. Se ponía loca si alguien que no fuera nosotros usaba la alberca, que estaba a la vista del comedor. Anunciaba frecuentemente querer vender la casa, pero nunca sucedió. Cuando murió la dejó como herencia a sus hijos.
Javier y Marcela
Javier, el segundo hijo, abogado residente en San Diego, siempre ha sido designado por los abuelos como el héroe de esta historia (Ya veremos su papel). Aunque viene poco, siempre ha estado pendiente de sus papás y sus hermanas. Marcela, aristócrata que nunca pide las cosas por favor, siempre lo acompaña y apoya. Siempre que visitan México son recibidos con gran entusiasmo.
Marta y Eduardo
Marta, una mitad del par de hijitas menores simultáneas, vive en Cuernavaca con su esposo, el druida Eduardix, quien disfruta de transportar marmitas de agua a su casita de los sueños en Tlayacapan, entre otras cosas. Marta adora el sol, odia la Ciudad de México, y ha tenido mascotas de casi todas las especies: perros, pericos, hamsters, peces, gatos, etc. Viven con su familia en una casa cuya entrada parece jungla.
Yolanda
Mi mamá, traductora hiperactiva cuya viva imagen es Dory la de Buscando a Nemo. Siempre ocupada, siempre trabajando, siempre viendo por los demás. Sus conversaciones con su gemela son dignas de cualquier sitcom.
Manuel
The estranged older brother. Se casó con una gringa y se mudó a Boston hace como 30 años o más. Es muy introvertido y no figura mucha en esta historia, ya que su vida en el extranjero lo convirtió en el más alejado.
Los "niños"
The regular cast on those golden weekends: Gabi, Ele, Mayi, Cali y Manuel, los hijos de las gemelas.
La situación y la amenaza
Javier (The Hero) ya anunció, con el apoyo de las hermanas, que quieren
1. Meter una demanda para disolver el régimen de condominio, y
2. Comprar la parte del jardín de los Burrones, o idealmente, comprar las cuatro casas y convertir este lugar en Paradise Regained.
El bemol
Este tipo de pláticas, ultimatums e intenciones han estado escuchándose desde hace aproximadamente 10 años, y nada ha sucedido. ¿Qué pasará? Probablemente nada....
(bosquejo de una vida)
Capítulo 1: Los antecedentes
Donde se introducen los personajes que figurarán en esta historia (¡si es que sucede la historia!)
Esta historia comienza a finales de los años ochenta en la Ciudad de la Eterna Primavera, durante la época de esplendor de nuestra niñez y también de Jacarandas. Eran los fines de semana en que jugábamos "los cinco", en que estábamos a punto de convertirnos en sirenas (al menos eso esperaba yo) de tanto nadar, en que los domingos después de misa íbamos por helados y nos permitían un sólo vaso de Coca Cola en la comida. En fin, estoy hablando de el Paraíso Perdido (Versión 2.0; algún día hablaré del Paraíso original).
Hay que imaginarse una reja blanca a través de la cual se vislumbran la cochera, la alberca, un jardín enorme y cuatro casitas, iluminadas por el sol esplendoroso que caracteriza a Cuernavaca. Serán los habitantes de estas casitas quienes eventual y gradualmente comenzarán a enemistarse poco a poco, hasta llegar a la situación actual.
Los Enemigos:
Los Arábes
Esta familia era la dueña original de todo el condominio, y ahora domina las dos casas del lado derecho. De descendencia "árabe" de algún tipo, su modus operandi solía consistir en visitar sus casas solamente en Semana Santa, acompañados por legiones (yo no tengo muy claro ni quiénes ni cuantos son, ni tampoco su parentesco), e invadir el territorio entero del jardín y la alberca. José Luis, uno de ellos, es actualmente (creo) el "administrador" del condominio. Las relaciones con los árabes siempre han sido distantes pero cordiales; sin embargo, su ausencia durante tres años y su falta de interés han sido muy dañinos para el estado del ex-Paraíso.
Rafael, the faithful servant
Este anciano jardinero/cuidador tiene varias características:
1. La estela de cigarro rancio que siempre deja al pasar.
2. Su lealtad incondicional hacia los árabes.
3. Su holgazanería e incapacidad de mantener el jardín y la alberca sin latigazos.
4. En la Epoca de Oro su frase célebre era "le voy a decir a tu abuelito".
Los Burrones, or The Eyesore
La primera casa a la izquierda está habitada por una familia bautizada como "Los Burrones". Esencialmente parasíticos, su casa siempre ha tenido un aspecto descuidado y deteriorado; basta con describir a su perro. "Cookie", french poodle mediano, adivinamos que de color blanco originalmente, pero en realidad gris y con rastas, apodado "Estrella" o "El Perrito Teletón", ya que además de estar completamente descuidado padece de una enfermedad degenerativa que hacía que sus patas delanteras fueran en una dirección y las traseras en otra. Actualmente este perrito francamente simpático no puede ni levantarse ni ladrar. Pero ahí sigue, decorando la casa cual trapo viejo. Otro de sus legados al paraíso es su versión de Cupido Motorizado, un vocho blanco con rayas negras, en calidad de chatarra, imposible de mover, que conservan en la cochera "para Triana" (la hija mayor), aunque no funciona y las cuatro llantas están ponchadas. Se caracterizan también por su falta de educación, por siempre estorbar con sus coches (que verifican en Guerrero ya que de otra forma no pasarían la verificación) y por no pagar sus cuotas JAMAS. Actualmente no tienen derecho a usar la alberca ni el jardín.
Nuestro Lado
Los Abuelos, Tini y Manuel (RIP):
Estos íconos de la felicidad y "amoritos" de muchos se mudaron a la segunda casa de la izquierda como consecuencia del temblor de 1985. Mientras ambos vivían, los problemas no eran muchos. Tini y "el Doctor" vivían felices en este lugar, visitados por sus nietos y tomando el sol, hasta que él murió de cáncer, en esa misma casa, en 1993. A partir de entonces Tini vivió sola varios años. Tanto su temor de vivir sola como su territorialidad aumentaron poco a poco. Se ponía loca si alguien que no fuera nosotros usaba la alberca, que estaba a la vista del comedor. Anunciaba frecuentemente querer vender la casa, pero nunca sucedió. Cuando murió la dejó como herencia a sus hijos.
Javier y Marcela
Javier, el segundo hijo, abogado residente en San Diego, siempre ha sido designado por los abuelos como el héroe de esta historia (Ya veremos su papel). Aunque viene poco, siempre ha estado pendiente de sus papás y sus hermanas. Marcela, aristócrata que nunca pide las cosas por favor, siempre lo acompaña y apoya. Siempre que visitan México son recibidos con gran entusiasmo.
Marta y Eduardo
Marta, una mitad del par de hijitas menores simultáneas, vive en Cuernavaca con su esposo, el druida Eduardix, quien disfruta de transportar marmitas de agua a su casita de los sueños en Tlayacapan, entre otras cosas. Marta adora el sol, odia la Ciudad de México, y ha tenido mascotas de casi todas las especies: perros, pericos, hamsters, peces, gatos, etc. Viven con su familia en una casa cuya entrada parece jungla.
Yolanda
Mi mamá, traductora hiperactiva cuya viva imagen es Dory la de Buscando a Nemo. Siempre ocupada, siempre trabajando, siempre viendo por los demás. Sus conversaciones con su gemela son dignas de cualquier sitcom.
Manuel
The estranged older brother. Se casó con una gringa y se mudó a Boston hace como 30 años o más. Es muy introvertido y no figura mucha en esta historia, ya que su vida en el extranjero lo convirtió en el más alejado.
Los "niños"
The regular cast on those golden weekends: Gabi, Ele, Mayi, Cali y Manuel, los hijos de las gemelas.
La situación y la amenaza
Javier (The Hero) ya anunció, con el apoyo de las hermanas, que quieren
1. Meter una demanda para disolver el régimen de condominio, y
2. Comprar la parte del jardín de los Burrones, o idealmente, comprar las cuatro casas y convertir este lugar en Paradise Regained.
El bemol
Este tipo de pláticas, ultimatums e intenciones han estado escuchándose desde hace aproximadamente 10 años, y nada ha sucedido. ¿Qué pasará? Probablemente nada....