lunes, octubre 11, 2010
En honor de hoy
que es "el día de salir del closet" (en serio)
Dedico este post a quienes que me han acompañado en los últimos días: Frodo Baggins y Samwise Gamgee.
Take it away, Mr. Tolkien:
-"And so Gollum found them hours later, when he returned, crawling and creeping down the path out of the gloom ahead. Sam sat propped against the stone, his head dropping sideways and his breathing heavy. In his lap lay Frodo's head, drowned deep in sleep; upon his white forehead lay one of Sam's brown hands, and the other lay softly upon his master's breast. Peace was in both their faces."
-"Sam left the tunnel-side and shrank towards Frodo, and their hands met and clasped, and so together they still went on."
-"Sam did not wait to wonder what was to be done, or whether he was brave, or loyal, or filled with rage. He sprang forward with a yell, and seized his master's sword in his left hand. Then he charged. No onslaught more fierce was ever seen in the savage world of beasts, where some desperate small creature armed with little teeth, alone, will spring upon a tower of horn and hide that stands above its fallen mate."
que es "el día de salir del closet" (en serio)
Dedico este post a quienes que me han acompañado en los últimos días: Frodo Baggins y Samwise Gamgee.
Take it away, Mr. Tolkien:
-"And so Gollum found them hours later, when he returned, crawling and creeping down the path out of the gloom ahead. Sam sat propped against the stone, his head dropping sideways and his breathing heavy. In his lap lay Frodo's head, drowned deep in sleep; upon his white forehead lay one of Sam's brown hands, and the other lay softly upon his master's breast. Peace was in both their faces."
-"Sam left the tunnel-side and shrank towards Frodo, and their hands met and clasped, and so together they still went on."
-"Sam did not wait to wonder what was to be done, or whether he was brave, or loyal, or filled with rage. He sprang forward with a yell, and seized his master's sword in his left hand. Then he charged. No onslaught more fierce was ever seen in the savage world of beasts, where some desperate small creature armed with little teeth, alone, will spring upon a tower of horn and hide that stands above its fallen mate."
Etiquetas: gay friendly, reading
lunes, octubre 04, 2010
Waiting to wait
O cómo visité al equivalente burocrático de un vampiro
Sábado
7 am. Aggg. Es muy temprano pero me levanto, me baño y me pongo unos pants para empezar mi aventura. Sólo un asunto de vida o muerte o una ocasión especial me harían levantarme tan temprano en sábado.
7:35 am. J me deja en Pabellón Cuauhtémoc (o como se llame) para que cruce su súper puentecito peatonal a Centro Médico. En realidad queda cerca de mi casa, pero según esto es "un barrio feo" (por ahí, no por mi casa) y más vale que mis ojos semicerrados y mis pants no tienten al hampa, así que no tuve permiso de irme en bici o a pie. Me pierdo un poquito en el centro comercial, pero por fin encuentro el puente y cruzo la calle. Es verdad, sí es medio feo, pero sólo son como 10 metros de banqueta antes de la entrada. Por suerte hay un letrero con flechitas que dice para dónde ir al "Banco de Sangre."
7:39 am. Veo mucha gente y un lugar que dice "Orientación," así que me dirijo ahí. Me dan una ficha (160... y van en el 100) y ponen una peliculita que medio explica el recorrido que haré. Toda esperanza de salir a las 9 y echarme una siestecita llegando a mi casa se esfuma.
7:50 am. Salgo al patio y agradezco que traigo chamarra. Hay sol pero a estas horas inhumanas todavía no baja y hace frío. Me siento en una banqueta que congela mis pompas y espero. Soy muy lista y me traje un libro.
8:15 am. Están pasando a la gente al edificio de 20 en 20. Su pantallita no sirve de nada, porque en realidad un señor se para abajo, grita "Del 100 al 120!" y jala una cuerdita para que avancen los números. Mejor, así ni tendré que estar volteando.
9:00 am. Por fin llaman mi número. Qué bueno que soy el 160 y no el 161. Pero al entrar, veo que adentro también hay una pantallita con números. Van en el 125. Así que a esperar, esta vez en unas sillitas, a que me llamen para pedirme mis datos. Más libro.
9:30 am. Paso con una señorita quien me toma una foto (probablemente ESPANTOSA, con mis fachas), mi huella digital, y todos mis datos. Me da varias etiquetas supersofisticadas con código de barras. "Pase a Signos Vitales," que está a dos pasos. Entro y una enfermera me dice: "Siéntese afuera." Yay. Me entretengo leyendo la hoja que me dieron, y noto que pusieron que nací en 1974. Holy cow. No me importa mucho que me aumenten la edad, pero supongo que si querían tanto dato, no les gustará que estén mal, así que regreso a corregir y me siento otra vez en la sala de espera número 2.
9:40 am. Una enfermera nos pregunta a qué hora tomamos nuestra última comida y nos checa los dientes. Rebota a un señor porque tiene "caries severas". Como hija de dentista, no quiero ni pensar qué vio. (Me da un poco de pena decir que cené edamames. Todos los demás cenaron cosas como carnitas o quesadillas.) Luego nos pasan a la báscula. Me hacen quitarme la chamarra y sudadera, y me miden y pesan. SORPRESA! Mi peso oficial es 55 kg!!! Así que, involuntariamente, tomé la opción 5 de mi último post, que me confirmó que soy normal y viví unas semanas de trauma inútil. (Snoopy dance! Reajuste de autoimagen mental!) Aunque pusieron que mido 1.68 así que tampoco son muy precisos. Luego me toman la presión y la temperatura. Esos números ni los ví.
10:00 am. Otra sala de espera. Ahora, para que me saquen una muestra de sangre. Me atiende un doctor peloncito que me sube a una silla como de boleador, me amarra los dos brazos con un plástico y me anuncia muy feliz, señalando una vena de mi brazo derecho: "De aquí vas a donar." OK. Me saca sangre del brazo izquierdo. Me hacen inhalar y exhalar, por si duele la aguja. Yoga. (Sí duele, pero no mucho)
10:20 am. Otra sala de espera más! Ahora frente a consultorios numerados. Una señorita lee los nombres de la gente para decirles a qué consultorio los van a llamar. Ya ni vale la pena que me ponga mi chamarra, ni saque mi libro.
10:30 am. Me llaman al Consultorio 6. La doctora me sienta y me dice "¿Pesaste 55?" "Sí" "No te ves tan delgadita" (Uy, gracias. Trompetilla imaginaria. Es su báscula oficial, no?). Me pone el estetoscopio y me dice que si estoy nerviosa, porque me está latiendo rápido el corazón. Le digo que supongo que sí, aunque no me había dado cuenta hasta que me dijo. No le digo que odio que me revisen los doctores. Luego llueven preguntas. Has tenido lepra? Chagas? hepatitis? Tatuajes? Te inyectas drogas? etc. etc. etc. No no y no. "¿Te consideras sana?" Pues sí. Listo, me da el visto bueno para ir a donar.
10:40 am. Me hacen pasar por un puente interno para ir a la sección de donación. A estos muchachos les gustan mucho sus puentes. Llego a otra sala de espera más, me vuelven a tomar la huella digital y pronto nos llaman a varios.
10:50 am. Nos sientan en un sillón, ponen una bolsa en una báscula que se balancea y por fin empieza lo interesante. No nos dejan tener nada en las manos, así que ni libro ni nada para entretenerse excepto ver cómo se llena la bolsa con sangre oscura. Me empiezo a imaginar a los romanos abriéndose las venas en sus jacuzzis para suicidarse. En verdad no duele. Creo que lo podría hacer, excepto que supongo que sí me daría un freakfest cuando viera que la sangre sigue saliendo para siempre. Así controlada no. Veo que el señor de junto a mí la llena rapidísimo. Ha de ser un Caballero del Zodiaco, seguro salen chorros a presión cuando lo hieren. Mi bolsita se tarda más. Cuando desconectan al señor de junto, le preguntan varias veces si se siente bien. Lo hacen ponerse un algodón en el brazo y dejarlo levantado "dos minutos". A mí no me preguntan si estoy bien, pero me siento normal. Otra vez inhalar y exhalar para sacar la aguja. Ni la siento, pero el doctor me dice "Ya pasó." Hago lo del algodón y cuento hasta 120, porque no quiero dejar mi brazo levantado más de lo necesario. En cambio, el señor de junto a mí sólo baja su brazo hasta que yo lo bajo.
11:00 am. Nos pasan al comedor y nos dan un sandwich (jamón, queso amarillo y probablemente mayonesa, pero lo hacen al grill. Lindo su esfuerzo), una manzana, una gelatina y yo un jugo. Pierdo mi apuesta interna, porque creía que sería un Boing y es otra marca. Me como medio sandwich (hasta que llego a la parte evidentemente mayonesca), la gelatina y el jugo.
11:05 am. Voy a la última sala para que me den mi constancia, y salgo por fin.
O cómo visité al equivalente burocrático de un vampiro
Sábado
7 am. Aggg. Es muy temprano pero me levanto, me baño y me pongo unos pants para empezar mi aventura. Sólo un asunto de vida o muerte o una ocasión especial me harían levantarme tan temprano en sábado.
7:35 am. J me deja en Pabellón Cuauhtémoc (o como se llame) para que cruce su súper puentecito peatonal a Centro Médico. En realidad queda cerca de mi casa, pero según esto es "un barrio feo" (por ahí, no por mi casa) y más vale que mis ojos semicerrados y mis pants no tienten al hampa, así que no tuve permiso de irme en bici o a pie. Me pierdo un poquito en el centro comercial, pero por fin encuentro el puente y cruzo la calle. Es verdad, sí es medio feo, pero sólo son como 10 metros de banqueta antes de la entrada. Por suerte hay un letrero con flechitas que dice para dónde ir al "Banco de Sangre."
7:39 am. Veo mucha gente y un lugar que dice "Orientación," así que me dirijo ahí. Me dan una ficha (160... y van en el 100) y ponen una peliculita que medio explica el recorrido que haré. Toda esperanza de salir a las 9 y echarme una siestecita llegando a mi casa se esfuma.
7:50 am. Salgo al patio y agradezco que traigo chamarra. Hay sol pero a estas horas inhumanas todavía no baja y hace frío. Me siento en una banqueta que congela mis pompas y espero. Soy muy lista y me traje un libro.
8:15 am. Están pasando a la gente al edificio de 20 en 20. Su pantallita no sirve de nada, porque en realidad un señor se para abajo, grita "Del 100 al 120!" y jala una cuerdita para que avancen los números. Mejor, así ni tendré que estar volteando.
9:00 am. Por fin llaman mi número. Qué bueno que soy el 160 y no el 161. Pero al entrar, veo que adentro también hay una pantallita con números. Van en el 125. Así que a esperar, esta vez en unas sillitas, a que me llamen para pedirme mis datos. Más libro.
9:30 am. Paso con una señorita quien me toma una foto (probablemente ESPANTOSA, con mis fachas), mi huella digital, y todos mis datos. Me da varias etiquetas supersofisticadas con código de barras. "Pase a Signos Vitales," que está a dos pasos. Entro y una enfermera me dice: "Siéntese afuera." Yay. Me entretengo leyendo la hoja que me dieron, y noto que pusieron que nací en 1974. Holy cow. No me importa mucho que me aumenten la edad, pero supongo que si querían tanto dato, no les gustará que estén mal, así que regreso a corregir y me siento otra vez en la sala de espera número 2.
9:40 am. Una enfermera nos pregunta a qué hora tomamos nuestra última comida y nos checa los dientes. Rebota a un señor porque tiene "caries severas". Como hija de dentista, no quiero ni pensar qué vio. (Me da un poco de pena decir que cené edamames. Todos los demás cenaron cosas como carnitas o quesadillas.) Luego nos pasan a la báscula. Me hacen quitarme la chamarra y sudadera, y me miden y pesan. SORPRESA! Mi peso oficial es 55 kg!!! Así que, involuntariamente, tomé la opción 5 de mi último post, que me confirmó que soy normal y viví unas semanas de trauma inútil. (Snoopy dance! Reajuste de autoimagen mental!) Aunque pusieron que mido 1.68 así que tampoco son muy precisos. Luego me toman la presión y la temperatura. Esos números ni los ví.
10:00 am. Otra sala de espera. Ahora, para que me saquen una muestra de sangre. Me atiende un doctor peloncito que me sube a una silla como de boleador, me amarra los dos brazos con un plástico y me anuncia muy feliz, señalando una vena de mi brazo derecho: "De aquí vas a donar." OK. Me saca sangre del brazo izquierdo. Me hacen inhalar y exhalar, por si duele la aguja. Yoga. (Sí duele, pero no mucho)
10:20 am. Otra sala de espera más! Ahora frente a consultorios numerados. Una señorita lee los nombres de la gente para decirles a qué consultorio los van a llamar. Ya ni vale la pena que me ponga mi chamarra, ni saque mi libro.
10:30 am. Me llaman al Consultorio 6. La doctora me sienta y me dice "¿Pesaste 55?" "Sí" "No te ves tan delgadita" (Uy, gracias. Trompetilla imaginaria. Es su báscula oficial, no?). Me pone el estetoscopio y me dice que si estoy nerviosa, porque me está latiendo rápido el corazón. Le digo que supongo que sí, aunque no me había dado cuenta hasta que me dijo. No le digo que odio que me revisen los doctores. Luego llueven preguntas. Has tenido lepra? Chagas? hepatitis? Tatuajes? Te inyectas drogas? etc. etc. etc. No no y no. "¿Te consideras sana?" Pues sí. Listo, me da el visto bueno para ir a donar.
10:40 am. Me hacen pasar por un puente interno para ir a la sección de donación. A estos muchachos les gustan mucho sus puentes. Llego a otra sala de espera más, me vuelven a tomar la huella digital y pronto nos llaman a varios.
10:50 am. Nos sientan en un sillón, ponen una bolsa en una báscula que se balancea y por fin empieza lo interesante. No nos dejan tener nada en las manos, así que ni libro ni nada para entretenerse excepto ver cómo se llena la bolsa con sangre oscura. Me empiezo a imaginar a los romanos abriéndose las venas en sus jacuzzis para suicidarse. En verdad no duele. Creo que lo podría hacer, excepto que supongo que sí me daría un freakfest cuando viera que la sangre sigue saliendo para siempre. Así controlada no. Veo que el señor de junto a mí la llena rapidísimo. Ha de ser un Caballero del Zodiaco, seguro salen chorros a presión cuando lo hieren. Mi bolsita se tarda más. Cuando desconectan al señor de junto, le preguntan varias veces si se siente bien. Lo hacen ponerse un algodón en el brazo y dejarlo levantado "dos minutos". A mí no me preguntan si estoy bien, pero me siento normal. Otra vez inhalar y exhalar para sacar la aguja. Ni la siento, pero el doctor me dice "Ya pasó." Hago lo del algodón y cuento hasta 120, porque no quiero dejar mi brazo levantado más de lo necesario. En cambio, el señor de junto a mí sólo baja su brazo hasta que yo lo bajo.
11:00 am. Nos pasan al comedor y nos dan un sandwich (jamón, queso amarillo y probablemente mayonesa, pero lo hacen al grill. Lindo su esfuerzo), una manzana, una gelatina y yo un jugo. Pierdo mi apuesta interna, porque creía que sería un Boing y es otra marca. Me como medio sandwich (hasta que llego a la parte evidentemente mayonesca), la gelatina y el jugo.
11:05 am. Voy a la última sala para que me den mi constancia, y salgo por fin.