jueves, noviembre 25, 2010
Cat people vs. dog people
No sé por qué existe el concepto de cat people y dog people como si fuera una división absoluta, al igual que existe el concepto de que los perros y gatos son enemigos, y también que en días muy lluviosos caen del cielo.
Yo soy las dos cosas (y eso no me hace diferente; hay muchos en mi equipo).
Técnicamente, empecé siendo bird person, porque esa fue mi primera mascota. Yo moría por un perro pero mi papá nunca ha sido amante de los animales (por cierto, feliz cumpleaños a mi papá). Entonces el primer animal que entró a mi casa fue un canario amarillo que se llamaba Lazy (tendría como 8 años y la fonética de la /i/ me parecía maravillosa, y también el sonido /ei/. Supongo que por eso no se me hizo ni feo ni absurdo ponerle ese nombre al pobre pajarito). Yo lo quería mucho y le ponía agua y comida en su jaula, y pensaba que me quería porque se acercaba para que comiera "vaina". Su final fue MUY trágico y gore. Un día se nos olvidó meter su jaula al anochecer, y... se lo comió un gato. Sólo encontramos su cabecita atorada entre los barrotes. De acordarme me da ñáñaras y tristeza.
Entonces se reforzó mi dogpersonosity. No me gustaban nada a los gatos, porque todos eran el gato asesino que se comió a mi Lazy. Y todavía creía en esas cosas como que si te gustan los perros no puedes querer a los gatos. (Aunque, aún entonces, le tenía cariño a Pirata, la gata de mis primos. Supongo que nunca la conté como gato!?!?!). Me daban un poco de alergia. Era, además, mucho más atractivo un animal que viene cuando lo llamas y quiere jugar contigo cuando tú le dices. Y como saben, he tenido relaciones muy cercanas con perros (míos, de otros y callejeros--Ele te acuerdas de Dientes y Don Juan y cómo se llamaba la hembra? Lo tengo en la punta de los dedos...).
Y después llegaron los gatos a mi vida. Primero Nieve, que hizo que me gustaran y me quitó la alergia sólo por vivir en la misma casa que yo, y Zapín, a quien ya saben que adoro.
Ahora soy los dos. Cat person y dog person. Quiero las dos cosas. Me gusta adoptar un perro y hacerlo mío, y me gusta que un gato me adopte y me haga suya. Me gusta jugar con los dos, me gusta la domesticidad de los perros y la wildness de los gatos, y me fascina quererlos. Catdogperson.
No este Catdog.
Yo soy las dos cosas (y eso no me hace diferente; hay muchos en mi equipo).
Técnicamente, empecé siendo bird person, porque esa fue mi primera mascota. Yo moría por un perro pero mi papá nunca ha sido amante de los animales (por cierto, feliz cumpleaños a mi papá). Entonces el primer animal que entró a mi casa fue un canario amarillo que se llamaba Lazy (tendría como 8 años y la fonética de la /i/ me parecía maravillosa, y también el sonido /ei/. Supongo que por eso no se me hizo ni feo ni absurdo ponerle ese nombre al pobre pajarito). Yo lo quería mucho y le ponía agua y comida en su jaula, y pensaba que me quería porque se acercaba para que comiera "vaina". Su final fue MUY trágico y gore. Un día se nos olvidó meter su jaula al anochecer, y... se lo comió un gato. Sólo encontramos su cabecita atorada entre los barrotes. De acordarme me da ñáñaras y tristeza.
Entonces se reforzó mi dogpersonosity. No me gustaban nada a los gatos, porque todos eran el gato asesino que se comió a mi Lazy. Y todavía creía en esas cosas como que si te gustan los perros no puedes querer a los gatos. (Aunque, aún entonces, le tenía cariño a Pirata, la gata de mis primos. Supongo que nunca la conté como gato!?!?!). Me daban un poco de alergia. Era, además, mucho más atractivo un animal que viene cuando lo llamas y quiere jugar contigo cuando tú le dices. Y como saben, he tenido relaciones muy cercanas con perros (míos, de otros y callejeros--Ele te acuerdas de Dientes y Don Juan y cómo se llamaba la hembra? Lo tengo en la punta de los dedos...).
Y después llegaron los gatos a mi vida. Primero Nieve, que hizo que me gustaran y me quitó la alergia sólo por vivir en la misma casa que yo, y Zapín, a quien ya saben que adoro.
Ahora soy los dos. Cat person y dog person. Quiero las dos cosas. Me gusta adoptar un perro y hacerlo mío, y me gusta que un gato me adopte y me haga suya. Me gusta jugar con los dos, me gusta la domesticidad de los perros y la wildness de los gatos, y me fascina quererlos. Catdogperson.
No este Catdog.
Etiquetas: cariños
jueves, noviembre 04, 2010
El fantasma que se comió mi manzana
La semana pasada perdimos a un amigo muy querido. Illy era todo generosidad y amor y flamboyance, y tengo recuerdos muy bonitos de él; mi favorito es de nuestro cumpleaños del año pasado, en que fuimos a Six Flags y nos subimos al Superman tres veces seguidas, gritando por las bajadas agarrados de la mano.
Yo creía que era inmortal; nadie de su edad se ve tan joven sin algún tipo de pacto, o sin ser una criatura de la noche. Todavía no estoy convencida de que no lo sea.
La semana pasada perdimos a un amigo muy querido. Illy era todo generosidad y amor y flamboyance, y tengo recuerdos muy bonitos de él; mi favorito es de nuestro cumpleaños del año pasado, en que fuimos a Six Flags y nos subimos al Superman tres veces seguidas, gritando por las bajadas agarrados de la mano.
Yo creía que era inmortal; nadie de su edad se ve tan joven sin algún tipo de pacto, o sin ser una criatura de la noche. Todavía no estoy convencida de que no lo sea.
Por la misma razón, yo no estaba segura de que hacerle un altar de muertos fuera lo más adecuado, aunque ya que lo puso J. no sólo me pareció bonito, sino que a veces hasta saludaba a la foto cuando pasaba junto a ella.
Así, entre mourny-grief y smily-memories pasó la época de Halloween-Día de Muertos.
Ayer, J anunció que "ya nos podíamos comer la fruta del altar." A medio convencer, entre ganas de no desperdiciar y falta de víveres (los que leen este blog seguro piensan que vivo en el orfanato de Oliver Twist), tomé una manzana que me había llamado la atención. Me hice un "emparedado de mantequilla de maní", tomé una bolsita de mini zanahorias y me dirigí a trabajar, pensando que llevaba un lunch como si la hora de la comida fuera la del recreo.
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| Ajá. Tan inocente como la manzana de Blancanieves. |
Le dí tres mordidas a la manzana. Las primeras dos pensé que tendría que reevaluar la clasificación de las manzanas en mi escala de gustos, porque estaba rica. Y de pronto...
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| A black hole!!!!!!!!!!! |
Bleah!!!!!!!!!!! Escupí el pedazo inmediatamente. No tenía ningún hoyo de entrada, no había ningún gusanito. Sólo un agujero. ¿Qué pudo haber pasado? Sospecho que:
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| Qué rica manzana!! BWA jajajajajajaja! |
No vuelvo a probar la comida de los Dearly Departed.
Etiquetas: come back, demonios, efectos especiales, in memoriam, losing, loves, uy qué miedo
