jueves, febrero 12, 2009
Estrella de mar
Ayer me estuve acordando mucho de Cuba. Específicamente, cuando por fin llegué a mi deliciosa camita. Hace mucho que no sentía tal cansancio en mi cuerpo, un cansancio activo, que vibra por mis extremidades como onditas zoom zoom zoom y no deja dormir ni descansar, porque no se siente hasta que ya por fin te acuestas y te relajas. No es dolor muscular, es haber hecho tanto esfuerzo que los músculos siguen calientitos y trabajando, como si se les hubiera olvidado apagar la luz después de irse. White noise muscular.
Ayer me estuve acordando mucho de Cuba. Específicamente, cuando por fin llegué a mi deliciosa camita. Hace mucho que no sentía tal cansancio en mi cuerpo, un cansancio activo, que vibra por mis extremidades como onditas zoom zoom zoom y no deja dormir ni descansar, porque no se siente hasta que ya por fin te acuestas y te relajas. No es dolor muscular, es haber hecho tanto esfuerzo que los músculos siguen calientitos y trabajando, como si se les hubiera olvidado apagar la luz después de irse. White noise muscular.
En Cuba, todos los días después de mi curso (que empezaba a las 9:30 am y acababa a las 4 de la tarde, e incluía clases como ballet, puntas, repertorio, preparación física, pas de deux, etc., es decir, casi puro ejercicio sin mucho descanso), cuando llegaba a casa después de comer, me bañaba (ahí me bañaba 4 veces al día, a cubetazos, por el calor), y sólo podía hacer una cosa: echarme como estrella de mar, con el ventilador prendido, y esperar a que esa sensación se terminara.
Ayer me sentí igual, aunque no pude aplicar mucho la estrella de mar porque hacía mucho más frío que en Cuba.
Me gusta pensar que la sensación es de metamorfosis, mi cuerpo transformándose en cuerpo de bailarina.
Lo dije antes y lo repito: Beauty hurts.
Etiquetas: dancing fool, esfuerzos heroicos
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