miércoles, abril 21, 2010
jueves, abril 15, 2010
Now in Technicolor
Ayer me hicieron sonrojar. No importa por qué; fue muy highschooly y por supuesto muy babas. Bueno ya. Mejor les digo. Mi prof de ballet me informó que "tengo un enamorado." Y foooooosh encendió el efecto technicolor, desencadenando el efecto siguiente: que me dijeran "te pusiste roja*."
Aaarrrrggghhh ¿dónde está mi cool?
Hay algo en esa miradita alegre que la gente pone cuando te dice "uuuu le gustas a X" que a veces es como si prendieran la luz en mi cara. Luz roja, demonios. Pero hace mucho que no pasaba, porque he pasado años, AÑOS entrenándome a mí misma para controlarlo. Nadie quiere que su cara sea una vitrina delatadora (yo no). No tiene que ver con que el X (del cual, además, me negué a saber oficialmente, aunque sospecho) te guste o no (No). No sé muy bien qué es. Puede ser que haya tocado una sección de mi tan-cuidadosamente-enterrada-penosidad en un momento vulnerable. Puede ser la conciencia de que entre dos bailarines (o dos personas, tal vez no importa su profesión) haya yo salido al tema de conversación. Puede ser también la conciencia de que en el contexto de la danza la proporción de ropa ocultadora es mucho menor (oooer). [Ahora me estoy haciendo sonrojar a mí misma (de manera figurada, no literal).] O puede ser que jamás lo logré controlar al 100% con mi súper técnica de Westley: "take your mind away." Tal vez necesito más control mental ommmm.
No me gusta. Si me dicen que me puse roja, me pongo más roja. Puedo sentir el calor subir a mi cara y no hay nada que pueda hacer.
Cool, unavailable ice queen indeed.
*Frase, que, además, oía yo demasiado en los días de antaño, pronunciada con singular alegría por la persona que me hacía sonrojar. Grr.
Ayer me hicieron sonrojar. No importa por qué; fue muy highschooly y por supuesto muy babas. Bueno ya. Mejor les digo. Mi prof de ballet me informó que "tengo un enamorado." Y foooooosh encendió el efecto technicolor, desencadenando el efecto siguiente: que me dijeran "te pusiste roja*."
Aaarrrrggghhh ¿dónde está mi cool?
Hay algo en esa miradita alegre que la gente pone cuando te dice "uuuu le gustas a X" que a veces es como si prendieran la luz en mi cara. Luz roja, demonios. Pero hace mucho que no pasaba, porque he pasado años, AÑOS entrenándome a mí misma para controlarlo. Nadie quiere que su cara sea una vitrina delatadora (yo no). No tiene que ver con que el X (del cual, además, me negué a saber oficialmente, aunque sospecho) te guste o no (No). No sé muy bien qué es. Puede ser que haya tocado una sección de mi tan-cuidadosamente-enterrada-penosidad en un momento vulnerable. Puede ser la conciencia de que entre dos bailarines (o dos personas, tal vez no importa su profesión) haya yo salido al tema de conversación. Puede ser también la conciencia de que en el contexto de la danza la proporción de ropa ocultadora es mucho menor (oooer). [Ahora me estoy haciendo sonrojar a mí misma (de manera figurada, no literal).] O puede ser que jamás lo logré controlar al 100% con mi súper técnica de Westley: "take your mind away." Tal vez necesito más control mental ommmm.
No me gusta. Si me dicen que me puse roja, me pongo más roja. Puedo sentir el calor subir a mi cara y no hay nada que pueda hacer.
Cool, unavailable ice queen indeed.
*Frase, que, además, oía yo demasiado en los días de antaño, pronunciada con singular alegría por la persona que me hacía sonrojar. Grr.
Etiquetas: cosas de niñas, esfuerzos heroicos, estarás tan buena, good grief, me rindo, there must be more to life than being really really ridiculously good-looking
miércoles, abril 14, 2010
Album
Yuk yuk y triple yuk cubierto de bleah. Todo mundo habla de sus estampitas de su álbum del mundial. Y yo nunca encontré más estampitas para mi álbum de Danny Phantom en las tienditas, ni mucho menos con quién cambiarlas.
Yuk yuk y triple yuk cubierto de bleah. Todo mundo habla de sus estampitas de su álbum del mundial. Y yo nunca encontré más estampitas para mi álbum de Danny Phantom en las tienditas, ni mucho menos con quién cambiarlas.
martes, abril 06, 2010
Spring breakEmpiezo con disculpas, porque no he escrito nada. No tengo una explicación, excepto tal vez que Twitter killed the blogging star, aunque en mi caso not quite porque no tengo Twitter aún, ni la intención de tenerlo. Aunque creo que sí mató a varios de mis bloguikindreds que ya no actualizan. O es la primavera o hay un monstruo anti-muso que se roba la inspiración de los posts.
Pero estamos de regreso. Sorprendentemente no empezaré con quejas sobre el horario de verano, aunque todos saben que odio que me roben una hora. Pero al parecer ya maduré lo suficiente como para saber que después me la van a devolver y voy a ser muy feliz en octubre. (Me acuerdo que de teen me negaba a cambiar mi reloj; pensaba que aunque tuviera que vivir la hora convencional, mi reloj sabría cuál era "la hora verdadera." Jojo qué rebelde. Ahora ni tengo reloj. Jojo más rebelde).
Más bien les voy a contar de mis esfuerzos vacacionales. Nótese que mi vacación fue de 4 días y mis esfuerzos fueron de uno solo.
Bueno. Viernes Santo. Despierto-tarde, yum- en Cuernavaca, y me preparo para mi misión. Tomo mi libro (Are These my Basoomas I See Before Me? se llama el libro. No comment de lo adecuado o no del título, pero me reí y lo disfruté mucho). Según yo, me voy a broncear. Quiero bikini lines, aunque sean muy sutiles. (De preferencia que sean muy sutiles).
¿Qué tiene esto de complicado? ¿Cómo que esfuerzo?
1. Hay que entender que ODIO echarme al sol y dar vueltas como pollo rostizado. Me aburro, me acaloro, y además tengo que echarme bloqueador solar a lo bestia. Y, a menos que pasara un mes entero en el proceso, nadie se da cuenta de que mi piel está medio tono más oscura. Entonces tengo que resistir mis impulsos de echarme en la sombra (useless) o de plano meterme a la casa y echarme abajo de un ventilador.
2. Después está la danza de AAAAAAAA-ya-me-morí-de-calor-me-voy-a-meter-a-la-alberca. Todos concuerdan en que la mejor estrategia es echarse de un solo golpe, y parte del placer es sentir el shock del agua fría en la piel caliente, pero no pude. Cometí el error de meter un dedo del pie primero e intentar entrar poco a poco. Me tardé horas y dos intentos, porque cuando se enfriaron mis pies decidí que ya me había refrescado y regresé a mi plancha rostizadora. Reaplicación de bloqueador solar.
3. Me faltó mencionar el factor Lola, la boxer. De pronto decidía lamerme, cosa que hacía estar echada en el sol un poco incómodo. ¿El bloqueador solar es a prueba de baba de perro?
4. Al final, terminé mi libro (emm, y hubo un pequeño accidente en el que se mojó. Mayi, si lees esto, I will explain esas arruguitas de enmedio, ejem ejem) y ya no había NADA que hacer si estaba echada en el camastro. Excepto dormir, pero todo mundo sabe que esa es la peor idea, creadora de weird tan lines, como por ejemplo las de "miren claramente la diferencia entre adelante y atrás." En eso me acordé de que tenía mi iPod y decidí que iba a escuchar... cinco canciones y ya, daba por terminada la sesión. Pero a la segunda canción se me antojó pararme a bailar y como no había nadie todo terminó conmigo bailando sola como loquita en el chapoteadero (diversión + sol + música + frescura, todo en uno). Nadie me vio más que Lola, que me hizo el favor de acompañarme en un vals.
5. Después viene la evaluación. En el sol no se ve si resultó nada. En el baño que es medio tinieblesco según yo veo la futura sombra de mi bronceado. Me baño, me visto, etc. etc. Regresamos a la Ciudad. Estoy satisfecha; me siento un poco más morena.
6. Me pongo un vestido para ir a una fiesta (un vestido bona fide vintage del que tal vez les cuente un día). Ya son las 9 pm y decido que no usaré mallas, porque hace calor. En eso descubro, HORROR! que tengo roja toda la parte de atrás de mis piernas, cosa que no había dado ningún indicio de ocurrir en todo el día. No sé por qué, pero así es. Demonios. Me tuve que poner las mallas.
Por suerte no quedé dispareja.
Pero estamos de regreso. Sorprendentemente no empezaré con quejas sobre el horario de verano, aunque todos saben que odio que me roben una hora. Pero al parecer ya maduré lo suficiente como para saber que después me la van a devolver y voy a ser muy feliz en octubre. (Me acuerdo que de teen me negaba a cambiar mi reloj; pensaba que aunque tuviera que vivir la hora convencional, mi reloj sabría cuál era "la hora verdadera." Jojo qué rebelde. Ahora ni tengo reloj. Jojo más rebelde).
Más bien les voy a contar de mis esfuerzos vacacionales. Nótese que mi vacación fue de 4 días y mis esfuerzos fueron de uno solo.
Bueno. Viernes Santo. Despierto-tarde, yum- en Cuernavaca, y me preparo para mi misión. Tomo mi libro (Are These my Basoomas I See Before Me? se llama el libro. No comment de lo adecuado o no del título, pero me reí y lo disfruté mucho). Según yo, me voy a broncear. Quiero bikini lines, aunque sean muy sutiles. (De preferencia que sean muy sutiles).
¿Qué tiene esto de complicado? ¿Cómo que esfuerzo?
1. Hay que entender que ODIO echarme al sol y dar vueltas como pollo rostizado. Me aburro, me acaloro, y además tengo que echarme bloqueador solar a lo bestia. Y, a menos que pasara un mes entero en el proceso, nadie se da cuenta de que mi piel está medio tono más oscura. Entonces tengo que resistir mis impulsos de echarme en la sombra (useless) o de plano meterme a la casa y echarme abajo de un ventilador.
2. Después está la danza de AAAAAAAA-ya-me-morí-de-calor-me-voy-a-meter-a-la-alberca. Todos concuerdan en que la mejor estrategia es echarse de un solo golpe, y parte del placer es sentir el shock del agua fría en la piel caliente, pero no pude. Cometí el error de meter un dedo del pie primero e intentar entrar poco a poco. Me tardé horas y dos intentos, porque cuando se enfriaron mis pies decidí que ya me había refrescado y regresé a mi plancha rostizadora. Reaplicación de bloqueador solar.
3. Me faltó mencionar el factor Lola, la boxer. De pronto decidía lamerme, cosa que hacía estar echada en el sol un poco incómodo. ¿El bloqueador solar es a prueba de baba de perro?
4. Al final, terminé mi libro (emm, y hubo un pequeño accidente en el que se mojó. Mayi, si lees esto, I will explain esas arruguitas de enmedio, ejem ejem) y ya no había NADA que hacer si estaba echada en el camastro. Excepto dormir, pero todo mundo sabe que esa es la peor idea, creadora de weird tan lines, como por ejemplo las de "miren claramente la diferencia entre adelante y atrás." En eso me acordé de que tenía mi iPod y decidí que iba a escuchar... cinco canciones y ya, daba por terminada la sesión. Pero a la segunda canción se me antojó pararme a bailar y como no había nadie todo terminó conmigo bailando sola como loquita en el chapoteadero (diversión + sol + música + frescura, todo en uno). Nadie me vio más que Lola, que me hizo el favor de acompañarme en un vals.
5. Después viene la evaluación. En el sol no se ve si resultó nada. En el baño que es medio tinieblesco según yo veo la futura sombra de mi bronceado. Me baño, me visto, etc. etc. Regresamos a la Ciudad. Estoy satisfecha; me siento un poco más morena.
6. Me pongo un vestido para ir a una fiesta (un vestido bona fide vintage del que tal vez les cuente un día). Ya son las 9 pm y decido que no usaré mallas, porque hace calor. En eso descubro, HORROR! que tengo roja toda la parte de atrás de mis piernas, cosa que no había dado ningún indicio de ocurrir en todo el día. No sé por qué, pero así es. Demonios. Me tuve que poner las mallas.
Por suerte no quedé dispareja.
Etiquetas: dancing fool, dogs, esfuerzos heroicos, holidays, pierced to the roote, the cruellest month is back